miércoles, 11 de septiembre de 2013

La Verdad de la Mentira...


 

 



 

Acariciaba el cielo más cercano

Probando los estados ya desechos

Al alcance de sus triunfos y sus manos

Semilla de vulgo,   sin saberlo,  de ella,   estaba hecho

 

Quitaba  previamente su  legajo

Buscando una raíz sana y exótica

Que diera a su intelecto,   fruto y cambio

Y arranque para siempre  de su historia

Lo oscuro, que llevaba su mandato

 

 

Entintó desde su vista silenciosa

El pulpito degradante del  cansancio

Y fuese el mismo,  así,  nombrado Rey  del   Anti Santo

Con carteles de presunto milagreros

A los  que intimidaba

Poniasé  y sacabasé el sombrero

Al instante  para siempre sepultaba

 

Encogiéndose de  altares glamorosos

Por la boca estrepitosa,  echaba fuego

Y mediase en los cielos caudalosos

Celeste entre  los blancos,  descansando…

Prosiguiendo la aventura de  los negros…

 

Escribas,   donosas,  en revistas de suicidas

Ahogaba  sin medir,  su verdad  lasciva

Convenciendo por todos los rincones

Como puesta  de  materia, la mentira..

 

Aun así, era un gran sabio,  de las artes que llevaba tan adentro,

Que, doloso entretenía a su lamento y proseguía  de, él,  haciendo escarnio…

 

María Verónica García

 

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