lunes, 29 de octubre de 2012

Me Iluminas...



 

Aromados   ramilletes de  luna  y un  letargo de  la voz amada y taciturna

Mis  tristezas arrancas

Me iluminas…

Así, como…

  Las barbas de la noche en   los   colgantes jardines

Donde duermen  las estrellas…

Se enmarañan como gotas en  pequeñas centellas

Bañando   hechizos…

 

Dueñas de los misterios de las magias de los verbos delirantes incisos

Del Amor

 

Alguna vez te han traído hasta tus propias lágrimas

Cielo y materia!

Desvisten las arrodilladas hojas del pan

Se transforman como nosotros en las noches de pasión

Ahora espigas rojas!

Mañana las mismas,  desvainadas sin sus hojas

 Amasadas en las manos del amor

Saciando el hambre sintiendo en la piel fatigada,  solo  paz…

Como  en cada noche nuestra,  donde  luciérnagas amarillas,  ríen en todos los colores como fuegos de artificio..

Sosiego,   tremor del vino dulce que solo duerme  al dolor

Y, en el olor semeja  las   harinas  tamizadas  

De las caricias más codiciadas,  arrasando  los sentidos, aire calor

Hasta un helado frio,  guerra sondeando las delicias  que han bebido de nuestros cuerpos,

  Solo el dulzor de las semillas

Ahora plantadas  en la más extraordinaria y urdida siembra

El ombligo,  tu ombligo!

Cráter perfecto para responder al mío,  como  una vaina dorada

Que se estira dándote la verdad, aseveración de la  libertad

Y aunque yo,  sienta que eres solo mío

Ella de mi te soltará

Para que vuelvas más fuerte

Cada una de las noches

Como un puente donde el abismo es tan solo un  segundo ante  la otra orilla

Cada vez,  la fuerza aumentara

Porque ese  hilo hacia  ti está  unido  desde antes que nacieras, desde antes  que naciese

Nada de originalidad. Pero si,  la fuerza  extraordinaria

El único camino de gloria,  que sabrá beber a la eternidad…

 

María verónica García

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