lunes, 30 de enero de 2012

No hay guerras, si el hombre no las crea







No hay mundos si no llevo adentro uno

No hay estrellas, universos, ni éter que los una

No hay árboles no hay verde, ni doncellas y lagunas

Ni la vida sosteniéndose de un rizo…

No hay, ladronzuelos ni escarpines

Tardes de colores y festines…




Que labren descalzadas en su manto, apuñados azules...






No hay guerras,  si el hombre no las crea

No hay muertos, no hay tumbas, no hay niebla

No hay tormentos, ni pecados, ni recelos

Ni bruma en la boca de los ruines

Festejosas, regodeadas de recreos…




No hay espacios en un mundo sin confines

Nada marca, nada teme, nada une

Pues entonces quien seréis, que arremetes en las noches el dorado de un farol

A cambio de un sol vida!... con sus rayos, tan serviles




Si existo, habré sentido alguna vez, ser!..

En la tibia fragua del hechizo

En la mente del ionizo

Y me uno al destello  para ver

Los secretos son la espuma del querer

Y querer el devenir de quien lo quiso

Fraguo en las esferas del saber

En mi cielo, casi unida cielo y piso



María Verónica García

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