Es tan honda, la pena del olivo
Que se guarece al dar
a luz
El somnífero nacer, imita, el caudal de un trino
Su fruto!
Fecundado, tiene vida, en la perpetua saliente, del amanecer…
Más, si éste en su
tiempo acordado, no germina
Muere, antes de ser
olivo, nuevamente, al anochecer…
María Verónica García
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