viernes, 8 de marzo de 2013

Cielo Y Besos…

 


 

 

Como El latir de las manos  del orfebre

Armando un hueco celeste…

Sobre mares azules y verdes,  de agua cristalina

Los corales lo ciñen ante los  espejos del cielo que se reclina

Acomodando las nubes de tal cristal, transparente  opalina

Con o sin aves

Con o sin días

Solo  cielo inclinado o arriba de los parpados húmedos, mojados…

El mar de agua para ungir de  frescor y proveer alegría

La alegría es necesaria…

Para un descanso aunque sea imaginario

Es posible besarnos noche y día

Los besos nos tragan,  nos envuelven,  nos desarman

Y Nuestro cuerpo titila…

Esta vez con espera de esperanza…

 

Un poco de risa…

 

En nuestras bocas y más tarde nos bebemos

Sin la vista en el horizonte

 

Intercambio de miradas ojos con   ojos dadas…

 

Las mareas  de mi piel  hierven…

Torrentes de   pensamientos creadores me tejen me destejen  y   yo  extasiada me entrego a ti…

 



Como El libar de las desenfrenadas abejas

Mostrando sus  mieles,  ante la entrega del estambre  y su néctar

  En su juego magistral,  como parte del infinito ritual,  despues  absorberla…


 

En el crujir de la fiebre

De las palabras cimarrones

Allí me envuelvas…

 

 

Susurro de   poemas  de cerca y de lejos…

Me aprietas,  hasta quedar mi aire,  colgado en alguna estrella  con la boca abierta..

 

 

Tanta entrega encerrada en un sobre ocre,  por  tanta ida y vuelta…

Tendrá por lo menos el sonar de un redoble



 

Al escuchar tu voz, sentir  tu perfume… cuando cada paso del día  y de nuestras vidas… estén más cerca…

 

María Verónica García

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