Me hundo!.. en un vuelo eterno
Como un Ángel, seducida por sus alas
Desfilando, en las magias más sagradas
Al susurro atrevido de su aliento..
Y se mecen mis manos dilatadas…
Libres, transpiradas, marcando, el gran encuentro…
Cada noche me confieso, en el reino de los sueños
Pero mi alma cautivada, es alterada
Pide a gritos que su voz rece en mi almohada!
Y en el ruido del silencio!.. Calle él, con su boca, a mis labios..
Con la música de un beso!...
Me entregue tan ardiente, como lo hacen las estrellas en las noches
En su falda renegrida, me sienta sorprendida
Cual libro de la vida
Que Ha marcado con su Amor “La suerte!..
Desde el cauce más sagrado, al que me ínsita
Con mi cuerpo, con mis manos y mi boca,
Hasta Amarnos desenfrenadamente!...
Como aves que en su lecho levitan
Hasta el tiempo, detenerse…
María Verónica García
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