miércoles, 8 de febrero de 2012

Del cielo que llevo, al Cielo que veo


Una fracción de segundo, una vida!...

La misma distancia desde el cielo que llevo

Al cielo que veo…


Sin demorar, arrojo   el velo  que me inspira

Hacia  otro camino

Resurjo en el  imperio del deseo



Demasiado intento!



Cuando en  esta  hora,  una idea me asesina

Llevando mi pensamiento

A otro lugar,  a otra esquina



Del blanco y negro   gorjeo…



Al azul veloz,  marcando un carruaje de  insignias



Un hada? Un Ángel?

Con devenidos ropajes….



Tiempo de hilaridad

Comedia de cielo e infierno

Para que las almas,  entre  carcajadas, se amansen…



Esta vez  elijo,  de  sonrisa en sonrisa

De nubes blancas con reflejos purpuras y dorados

Mantos añejos quedados en las  esquirlas de los rayos olvidados

Para mí  es suficiente  ver    como se ilumina la vida!

 Importa que la luz se adoctrine

Porque en  ella,    se enmarca el fulgor del amor!

De la  paz, de  mi ser,  de  mi dios!



  Vital  e  irrefrenable  flujo de sol



Cuando del pensamiento amalgamado

Se acaba la  desdicha, del tiempo trascendido…



Soy una contigo, aunque,  no te eh nombrado

Es que solo te vivo, en las nomenclaturas de mis utopias

 En la voraz y vertida huida del goce

En la valentía de sentirte, aunque lejos y tú en este  instante sublime no me roces…



El flujo de las sensaciones se ha pegado a mi piel

Con ella y reconociendo la labor de cada estrella, al menos en este pasaje

Apetecible  dilación,   de   mi paraje

Como un canto fluido de mis manos a tu boca

Descubras la seda roja…

El manto eterno

No como la idea urdida    en procaz huida…



Y  Ante el cáliz, de la vida…


Te urja,  apetecida!


La revelación de los sueños,  sin sus ropas…




María verónica García

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