sábado, 19 de abril de 2014

Amor...

 
 
Se acercó mostrándome,  solo    una, de sus tantas, máscaras…
 
Y creyó que,  con ello,  era suficiente
Ingenua, con, mi corazón,  valiente
Me enamoré de, él, sin decir  por mucho tiempo,   Basta..
 
  Sin desear, bucear en otros sentidos, me dejé  llevar  y,  absorbí  su voz
A veces creí,   palpar  cada uno,  de sus latidos
Y presentí   que, el de mí,  de la misma forma, se  enamoró…
 
 
Fuerte y flexible,  como una espiga de trigo
La fuerza invencible,  se postergó, se apaciguó..
En esas horas,  de  puro vacío…
Flotaron muchas máscaras, aunque,  el Amor,  jamás Murió…
 
Segura estoy,  que el Amor es,  de quien Ama
Todavía no existe una ley esclavizada, que dé,  por acordado,  el mismo valor a,  dos enamorados
Por eso,  cuando recuerdo estar, en ese estado
Festejo en su danza
Me nutro al penetrarla
Me fundo con su fuego
En el  grito, de sondeo,  antes que llegue el inevitable,  sosiego,  como balanza…
Me elevo y veo,  rojo de pasión al,  único   heredero, de esa creación…
 
Quien puede sentir con otra piel?
Quien,  hablar con la  misma lengua?
Quien,  resaltar,  en un énfasis agudo, cada imaginado,  sonido, de perdón
Por  extinguir  una palabra,  que  de tanta emoción, se,  quiebra
O, besar  en un inacabable sueño, con los ojos y el alma,  dormidos?..
 
En los huecos del silencio,  gritar,   Amor Mío!... entre,  lustrosas piedras…
Lleno, de saber,   que ese profundo hilo, quede, sin tregua
Al sondear    su extrema   e, infinita,  irrompible,  fuerza
Hasta,  hacer crecer,   dos corazones,  en un  mismo,   Nido…
 
 
María Verónica García
 

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