Tierra, pura, donde el hombre, no ha sobrevolado
Emerges la vida eterna, como una diosa, de
alas y manto
Manto que crece a, la Hierba…
y la Vida, Barro Sacro!
Es de piel fina la
suerte, es, del saber consagrado
Alma naciente
Donde los dioses
pensados
La vida clara, amanecen
En hebras, de
sueños, donde hasta el sol es bañado…
Sus lágrimas,
Cristal Emergente
De las Bocas jadeantes e inocentes
Y el Amor, es
vislumbrado…
Viviendo, en tiempo presente
En el claro profundo
del lago
De los ojos de la ya,
nada durmiente
Fibra de bien, bien Creado..
Sobreviven danzantes,
torrentes
De la magia y de los cantos
Que, en el amanecer
vibra simientes
Con la luz que ilumina,
La Libertad, sin mandatos…
María Verónica García
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