Filamentos destellando
las
estrellas
Se derraman en mi
piel
Me siento, ligera y mujer…
Un remolino, despierta…
Bajo el rostro despabilado de la luna
Con un tinte rosado, en sus mejillas
Sonriendo en su noche
de vigilia
Me hundo, en su cuarto, de blanca bruma..
Tiemblan, un ala de costado y sus imaginarias rodillas…
Al sentir que en sus
costillas, un adán, me ha conquistado
El perfume
desenvuelve mis deseos
Cada vez, que el corazón acelerado
Aprieta la razón que
he apretado
En La única, sensación, de mis desvelos
Y al Sentir que mi príncipe
soñado….
Pueda ser la realidad que tanto quiero…
Sin palabras, me ha
dejado…
La más bella conjunción que se ha creado
En el centro misterioso del gran techo
Es un cielo límpido, con destellos, colorados
La pasión, que llega hasta mi pecho
Y, algún día, ese Amor que me ha soñado
Se hará presente ante
mí, ya es un decreto!
En este instante, el
cielo, me lo ha anunciado….
María Verónica García
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