Jamás sentí, que eran
mías, aquellas infantas palabras
No intentando
comprender, el flujo, que en
mí, dibujaran
Cuando otros dedos, como puntas de
espada
Hincando sus filos, pobres nobles! Una a
una, habrían sido, devoradas…
Puntual es, el exilio
Del Sentir genuino
En las noches mansas…
Extremos horizontes,
fríos, de ciénagas ancladas
Donde, en el risco, los hombres, baldíos
Depuran, las oscuras almas
Y, se encogen de hombros
Ardiendo sus mejillas, por una razón, no encontrada
Hasta formar con su hilo, disipando el final,
con voz ogro! de raza…
Solo por prevención,
antes que cada letra, desde un infierno vestido
por otros ojos, enmarca
En, el escrutar de
los míos, a penas nacidas, las nuevas, lentamente se desguazan…
María Verónica García
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