Ya no importa, si cerraron para siempre, los caminos
Y la tristeza
sorprendida, de su consiente orfandad.
Brega, en un mar embravecido
Falto en faltas, de, solemnidad…
He tomado de la luz
de los suspiros
La más pura, y, naciente, Libertad
Ella vive y es consciente,
de mi, destino
Como nunca, la he sentido, bramar, Jamás!
María Verónica García