No eran tres las
veces del pecado
Ni el silbido del
reloj sobre tu ausencia
La marca, la llevo en un costado
Cada vez que presume
mi inocencia
Sin imaginarte, en mi
pasado
Hoy Por ti, se murió la indiferencia…
Uno, dos, tres…cuatro…
Ni la suma de las
vidas se han marcado
Ni los rostros a través
de la insistencia
Con un tinte de rosa mascarado
En subida, la pasión!... la transparencia
Me devuelve la ilusión
que se ha quitado…
En la punta de mis
pies, de la danza, que danzó mi inexperiencia…
Uno, Dos, Tres..
Sin la cuenta que
triste o feliz se ha empecinado
Sin valer o simular las reverencias…
En mi puño casi abierto
diestro estado…
Una luz se ha
encendido!
Es, tú presencia!...
María Verónica García
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