Cuanta tristeza mi
amado!... hundidos mis pies se queman
Sigo
el camino deseado, Ardiente de sol y arena…
Tantas puertas he
golpeado, hasta borrar cada huella
De treinta, solo quedaron, un hueco
y una escalera…
El hueco a verde prado, brilla subiendo la senda…
El otro que se halla
empinado, desborda a mi alma inquieta…
Castillo blanco y halado solo tus sueños me quedan
A mis letras has elevado y hasta la cumbre no cesan…
Señales!...
Es mi
Amor sagrado!.. déjenme subir a su estrella…
María Verónica García
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