No escucho lo inventado
de otra boca
Ni me dejo acariciar
por otras manos
Soy el árbol que converge
en el sembrado
Para dar, ramas nuevas, madurez,
belleza y sombra
Me seduce la tibieza
de la tarde
Enunciando a cada
estrella y su halo
Paraíso de suaves
dorados
Ven despuntar, el verde de otra hoja
Una más entre tantas,
ha nacido
Es el cambio del diseño que ahora brota
Reverdece del tamiz que la
ha traído
Esencia y pureza, que la toca…
Soy el blanco que ha temido estar perdido
Como el ave que el sol no roza,
Cuando el viento se
arremolina en sonidos
Llega el poder que se
ha esparcido, en una nota
Allí canto con voz de
cielo
Y libo el aire en el
fino hilo
Que hasta se
encuentra contigo
Para formar de raíz “El Amor”
De los chacras la
luz, azul y roja…
María Verónica García
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