Al romperse una gota de rocío
En la seda azulada de sus hojas
Crea un mar, embravecido!
Al crujir, un pimpollo que se arroja
Madre tierra! Ingente! Henchida!
Lo acuna, lo abriga, lo arropa
Rebosante rompe el hilo de su manto
Y, en ese instante, en su nido brota…
Sobre el tallo una flor late su brillo
Descollando su realeza en la grandeza, del vibrar armonioso de una nota!..
María Verónica Garcia
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