Aquieto al viento entre mis dedos, pronunciándome en mi defensa
Sabiendo que tanta indiferencia
En mí, procesa un escudo aguerrido
Si hamacaras una nube, en mi emoción, me tragaras como un himno inmaculado
Estaría vibrando a tu lado, Magia Blanca!... de la comprensión
A veces triste comulgo
con tu Dios! También el mío y aun distante en el bramar de tu sangre inquebrantable…
Finjo que es tu amor un tanto sombrío…
Desarmándome en la noche con nobleza
Llego hasta la punta de un redoble y sin querer conquisto a las estrellas!
Es mi mundo el que protege a tus sentires, es el mío!.. Nada más, ni nada menos
Soy tu gracias, tu mirar, tu desconfío,
Soy también, tu color, desde mis adentros, en el intuir eternamente de tus sueños!...
María Verónica Garcia
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