Una, para no cansar a
tu aliento
Y flote de, eternidad, en mis oídos..
Una sola danza en mis
adentros desiertos , mis parpados, aliados de tu, flotabilidad
Reencuentren, La
Unidad de, cada cielo, en cada salto
Rodeándolo, reabriéndolo, como si fuese, la apertura de un perpetuo sosiego,
Tramo del impulso, verdadero, en ese
agraciado, volar...
Una sola emisión, del perfume en restricción, guardado
Y exhalado
Infinita y extasiante desproporción a la proporción no tocada
Reinventada desde el
eslabón, a las fosas, equilibrando las líneas ansiosas, del futuro,
del pasado...
Una sola caricia,
aplacando lo humos, en concilios, jamás por ti, tratados...
Y como un imán, levitarme
en la semejanza que porta el dibujo, de,
la palma de una Mano...
Una sola gota, de
almíbar, abarcando el néctar, del código que, furtiva mi lengua, detecta...
En un giro
experimental y abierto, el sigilo trascendental
Como un, “Cero
sin Terminar, Abierto”...
Se aloje, cada
estimulo, reimprimiendo saltos, divinos en,
conciertos, como un abismo concluido, hendido, portando un final comienzo, al
deslumbrar una meta blanca como destino, en ese nuevo Universo...
María Verónica García
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