Destello…

 

 

 

La eternidad me ha alcanzado

Sin los harapos,   que desecha,  el tiempo

Unida,  a una ley,  la del abrazo

Me constituyo, en,   un grano de arena,  que recorre las campanas,  del  silencio

Y danzo en  sus orbes dorados, en,  las huellas del desprendimiento…

 

 

Es gozo, la luz,  de una luciérnaga

En,  un portal,  con ella,  destello!...

 

Soy polen, Soy pétalos

 

Soy almíbar, desenfrenada

Estremeciendo el,  momento

                                                                                                                                                                     

Soy cuenco  que al malear, choca,  en la cintura de,   un Hada

Y dispuesta  a,  soñar

Me hundo en un hueco de,  encuentros…

 

 

Veo mil vidas pasar, pero!...por qué? …. me detengo!...

 

 Disculpen, me voy a bajar

Recordé para,  que vengo

 

 

He visto al Amor pasar

Y,  a  mi corazón,  no contengo

 

María Verónica García

Creación...

 

 

 

Hechicera, maga,  en las fronteras,  del tiempo

Creciendo,  entre  Apretadas gotas,  desde  la central,  del nuevo  universo

Sin hambre de frutos y, entrando a  la tierra,   el  alma,  despunta,  despierta

 

Agua y viento

Sensaciones   puras,  bebiendo su,   aliento

Centro de caireles,  los cristales que,  acompañan, a,   la blanca  luna

Imperan como,  Antares,  Regulus, Espiga

 Los  sueños y brillos se alistan, respiran…

 

Puesta la alborada en un blanco horizonte,  librando la vida…

 

 

Tiempo celestial

La copa sagrada

Sobre el  manantial,  de falda dorada…

 

 

Todo es observado desde  los sentidos, tan  sobresaltados,  tan sobresalidos…

 

Un nuevo vestido, del tiempo añorado…

 

 

Flotan los azules,   el Amor descifra a,  los enamorados

Pareciera un cuento, saliendo,  de todas,  las manos

De todas,  las,  Magas,   de todos,  los,  Magos…

 

Es,  que en realidad, juntas,    las   mentes,  reverencian un nuevo  presente

Y, todo es  descifrado…

 

 

Los sonidos  en acción,  materializados

La revolución, es, a, otra creación,  haber  Libertado…

 

 

María Verónica García

 

 

 

 

Amor...

 

 

Se acercó mostrándome,  solo    una, de sus tantas, máscaras…

 

Y creyó que,  con ello,  era suficiente

Ingenua, con, mi corazón,  valiente

Me enamoré de, él, sin decir  por mucho tiempo,   Basta..

 

  Sin desear, bucear en otros sentidos, me dejé  llevar  y,  absorbí  su voz

A veces creí,   palpar  cada uno,  de sus latidos

Y presentí   que, el de mí,  de la misma forma, se  enamoró…

 

 

Fuerte y flexible,  como una espiga de trigo

La fuerza invencible,  se postergó, se apaciguó..

En esas horas,  de  puro vacío…

Flotaron muchas máscaras, aunque,  el Amor,  jamás Murió…

 

Segura estoy,  que el Amor es,  de quien Ama

Todavía no existe una ley esclavizada, que dé,  por acordado,  el mismo valor a,  dos enamorados

Por eso,  cuando recuerdo estar, en ese estado

Festejo en su danza

Me nutro al penetrarla

Me fundo con su fuego

En el  grito, de sondeo,  antes que llegue el inevitable,  sosiego,  como balanza…

Me elevo y veo,  rojo de pasión al,  único   heredero, de esa creación…

 

Quien puede sentir con otra piel?

Quien,  hablar con la  misma lengua?

Quien,  resaltar,  en un énfasis agudo, cada imaginado,  sonido, de perdón

Por  extinguir  una palabra,  que  de tanta emoción, se,  quiebra

O, besar  en un inacabable sueño, con los ojos y el alma,  dormidos?..

 

En los huecos del silencio,  gritar,   Amor Mío!... entre,  lustrosas piedras…

Lleno, de saber,   que ese profundo hilo, quede, sin tregua

Al sondear    su extrema   e, infinita,  irrompible,  fuerza

Hasta,  hacer crecer,   dos corazones,  en un  mismo,   Nido…

 

 

María Verónica García

 

Danza en Mí…

 

 

Con  el agua fresca,  de tus manos

 

 

Sonríe  en  mí, tu, obstinado   otoño

Alcanza   mi más lozana piedra,   en el sueño atormentado

Que, Aunque   no  parezca,  flota   su  seda, es  la cura,  el, fin del mal, El moño

 

 

Erguido, en mis goces,  taciturnos,  a,  la alabanza,  habrás creado

Como un paréntesis, aliado, de mi pequeño,  Gran Mundo!...

 

 

María Verónica García

Existe, Un Lugar...

No creas que me he olvidado de ti

Estas siempre,  en mi

A veces creo verte,  en las Alpujarras Granadinas

Salvaje,  como,  en una  fotografía

 Recuerdo tu música  y,  aunque tu aliento no sopló,  mi piel

Hay un lugar en mi interno,  donde,  sueles vivir, todavía…

María Verónica García

Donde Nacen, los, Duendes Blancos?...

 

 

 

  De,  poder,  Puro…

Donde,  las hadas azules y cristalinas?

Donde,  la mansedumbre encapsulada,  de  purpurina

Revelando  del oscuro, las cumbres?

 

Dejadme escrito,  cual,  es el lugar

Donde,  en ese,  estado?

No se haya convertido en,  criminal, el, animal…

Y,  a las semillas, deliberadamente,  desparramado…

 

Donde nace el arco iris de cristal

Donde,  las músicas sublimes?

Donde, en un punto máximo, el bien,   no se redime

Aliento fresco, de un,  libre manantial…

 

 

Donde emparame de belleza?

Calles,  con gusto,   a, almíbar

 

                                     Cuellos largos,  sosteniendo su cabeza

El orgullo,  puro,  enfatizando   la vida…

 

 

Hoy escribo con  dolor,  por,  haber   visto

Un lugar, del increíble  infierno,…

Cerceando  a la pasión,  sobre su piso

En la fuga  de un suspiro,  casi eterno…

 

 

Que desean,   los que viven,  casi muertos, en lugares, ausentes,  de,  atino

Segmentos    epispermos,  peregrinos

Acabado paraíso,  de,  su centro?

 

(Cuál es,  su deseo?

Cual, su mundo y su  desvelo?

Sus velas,  su llama y, su fuego?

 

 

 

Donde encontrar otro camino?

Donde, la voz latente

De,  cómo acordado el fin,  doliente

Y se abra   en, un solo Dios,  Mi vapuleado   destino…

 

 

María Verónica García

Deliberados Trasímacos...

 

 

 

Envueltos de audacia,  imberbe

Sufren de,  faltas,  indemnes

En un oscuro,  recinto

 

Y dan paso a cuánto alcancen,  con su mente  impiadosa

Sedienta de tanta cosa,  que en un minúsculo paso

No tarda en dar,  regazo

Materia que,  tan alto,  goza

Sin poder,  ver,  que sigilosa

Se escapa,  por otro trazo

 

 

Y da vida,  a,  un,  elixir,  que no  guarda una virtud

 

Rienda suelta,  sin exigir,  a,  la inoportuna fragancia

Que peca,  en disonancia

De su mala pulcritud…

Y vive en un cielo marrón

Nauseabundo de poetas

Y muere  en su lentitud

Implorando ser profeta….

 

Hay otro mundo, que espera

Como la dual cantidad

A ser de la cierta verdad, el alma,  que  se guarda entera

Impronta, de,   eternidad recuperando en facetas

Una piel,  que al fin dará,  pulpa  y  cascara,  de un asceta…

 

No por tanto,  lo oculto ríe, si el verdor  de si,   redime,   el gozo, de la presunta,   respuesta…

 

 Maria Verónica Garcia