miércoles, 26 de junio de 2013

Despertar...

 
 

 
 
En otro sito,  no enmarcado
Quitadas las máscaras  y,  los yugos
Recibo   a mi dios,  en cada entrada
 Despojando   las horas  y los    verdugos…
 
Sin  pesares,  tibios  o  arrancados
Donde la   Sonrisa se excita sin   esfuerzo  alguno
Juegue  semi abierta,   mi boca agonizada  
Y,    reviva   cada  músculo…
 
Podrán mis mariposas con sus dugos
Colgar en las alas el encantamiento
Deslizarlas hasta quitar todo el lamento
Replicando  ese dulzor  en  la   alborada
 
Como ansío probar esas mieles
Y mis dedos ligeros sean  elásticos
Sonando como  cascabeles
Que se estiraran detellantes, retozadas…
 
 
Y, mis brazos   y mis besos,  sin troqueles
Despertando  a la vida,   su   agua clara…
 
María Verónica García

viernes, 21 de junio de 2013

Polvo De Sueños...

Polvo  de  sueños  en   los ojos de los  dioses
Suenan  en  el viento,   los hilos de sus   voces
 
Se ciñen las  austeras limas en las lenguas recortadas
A veces por el grito del populi
Otras por quienes han  sido designadas
La turba existirá mediante el tirano de turo
Ella les vomita poder….
Pero… cuando el sol sea más blanco,  más grande y más caliente
Como una mano sus rayos limpiaran las pendientes y nuevamente,  montañas serán!
Alguna vez te preguntaste porque tanto dolor? En el creciente…
Cuando las bocas dicen que nace como vertientes  en algunas listas pudientes
Sin embargo yo, que los hube sentido con mis manos,  cada trabajo llevo me,  al precipicio
 Más tarde,  a la altura de Cyrano…
Sin ser como el noble,  tan erecto en cada acto…
También puedo contaros, que,  los que se nutren del color que les fue impuesto son serviles solo a sus puestos…
No conocen otro dictamen…
Y si por lo menos estos…
Fueran mariposas en el vientre para  el aire…
Estaría dispuesta a unírmeles…
Pero son como gaviotas en su volar y, disosiadamente  no siendo abejas  se postulan  en enjambres
Las gaviotas tienen  sueños,   en  cambio los que las imitan  duermen pensado que el mañana  no les será quitado…
Mis días no  están contados…
 Es una buena frase para el que sabe que la eternidad no tiene número,  solo planos
y donde me encuentre..
Siendo las leyes las que deciden hasta que color es,  el celeste
Envestiré al gusano bien vestido o  disfrazado..
Las hojas crecerán ellas saben no invadir
Y juro!... que el porvenir
De cada insecto… será librado…
 
Un Ángel recitara…
 
Polvo  de  sueños  en   los ojos de los  dioses
Suenan  en  el viento,   los hilos de sus   voces…
 
Un nuevo mundo está pariendo!...  pronto nacerá… ya está naciendo!...
 
En los silbos ya fue  pactado!... es,   este instante,  por él,  Hablado!..
 
 
María Verónica García

martes, 18 de junio de 2013

Necesito...


Comprende,  que las alas de  volar,  me pesan…

 Al contener tantos sueños

Al ser mi piel, más   ligera

Al sentir que  estoy sola,  en  esta tibia  condena…

 

Necesito de tus brazos,  rodeándome,  con su fuerza…

 

María Verónica García

Poesia...


Me gusta la poesía ,    para aquellos, para mí, sin  pagar , con suerte,  el don de figurar en una marquesina,  mis letras son primero, para el aire tibio que exhala una mañana de otoño,  al ser tocada por las manos de los dioses,  bendecida con los hilos de un violonchelo  en las  alas de la narina,   viento fértil,  sensación    de   matices, de una pantalla sensitiva, al extremo sensitiva,   aunque estando en el mismo lugar y con un solo pestañeo jugando  a que los ruidos son olas del mar bravío, donde pasan horas sin minutos y minutos de largo, donde el tiempo se extingue para volver imperecedero,   donde hay solo aliento,  cambiando  la noche por el día o al revés , donde   el amor cuelga  en  las gotas de rocío  su verdad, el empañado vidrio  de  la asunción de la palabra en voz baja o el susurro sin piedad a ser arrollado por una boca, la extrema sensación de sentir sin saber dónde resuena el beso y la caricia   sin dudar  los sentidos  por la acción dirigida de  coincidir,  en   surcos del tiempo que acuden  al desmedir del espíritu,  del nudo en el vientre  en  la boca flagrante del mismo deseo,  de la única e  inevitable forma humana, que lo percibe.

María Verónica