viernes, 13 de abril de 2012

Abiertas, las puertas del alba






Abiertas,  las puertas del alba

Con descifrante  fragancia

La luna se esconde!

Detrás de las sabanas, de la luz del sol

Mi cuello,  como un cisne gira en derredor de la niebla

Sobre el calor de tus labios reposa la paz,  incrédula

Y besándome en cada abrazo…



Mi piel se entrena…



Amante de la brisa del Amor intenso

Acúname,  entre tus manos

Soy la pluma que ha legado el don

A la verdadera existencia de un  poema

Brillo mágico,   luz!... de una diadema

Blancor sagrado,  en DO´

Derríteme que ha pasado el día

La noche ha bajado su velo

El purpura del ocaso  deshiela  las amarguras

Nada nos frena,  de entre  la agonía de no habernos tenido cerca

Sin miedos por habernos encontrado

Sin el temor de que algo nos aleje..



Tómame como la vez primera,   el Amor que en mi yace

Virgen entre las vírgenes  del cielo y en su presencia

Pura como el agua fresca

Ardiente magma que sale a la luz verdadera

Y hierve!.. por haberte visto en los sueños de las noches en vela



Ahora y frente a ti, se inundan mis ojos, mis palabras y termina la eterna condena

Para palpitar en dos tú pecho en el mío!... tus labios de flor a  flor unidos

Las ramas de los dedos abriendo a las hojas nuevas…



Gotas de rocío…

En la delicada música!...latidos

En la punta de la anchura justa tu mirada y la mía

Perdidas!...

Volando en  algún otro mundo mientras la nueva vida,  nuestra vida!...

 Se pierde de a dos formando uno,  increíble!...  ella misma dice y se   extasía…



 María Verónica García